
Bueno, quizás en mi vuelta a escribir en este blog me estoy centrando en exceso en quejarme y en el tema político, pero es que en el día a día personal solo se repite lo mísmo: CONTENIDOS PROCESALES.
Es, por lo tanto, por lo que no puedo evitar centrarme una vez más en mi temática bloguera preferida. Esta vez, comentando la actualidad para llevar a cabo dos reflexiones que tengo en la cabeza.
Las dos tienen que ver con la visita de la mujer del presidente de EEUU que me ha hecho pensar en dos cosas que no están bien bajo mi punto de vista, no sé qué opinaréis.
Bien, por una parte, al ver tanta seguridad que rodea a esta mujer y a su hija, calles cortadas, recintos públicos que pasan a ser privados por momentos, y calles públicas inaccesibles entre Guardia Civil, Policía Nacional, seguridad personal de EEUU (qué jurisdicción tienen fuera de su país para ir protegiendo a nadie?). Me refiero en este sentido a en qué medida tienen que recortarme a mí derechos para que una extranjera venga a visitar mi país?. Que la policía no me deje caminar por una calle, o no poder visitar el Tajo de Ronda por poner unos ejemplos es una clara merma de derechos individuales o el de libre circulación. En otro sentido, ¿cuál es el gasto público, no solo en derechos individuales, que tiene la visita de esta señora? (agentes, comidas, coches, aviones, hoteles, etc). NO LO ENTIENDO.
En otro orden de cosas, me causa una mezcla de vergüenza ajena e indignación el cateterío con el que la gente acude a intentar verle un pelo a madre e hija, y el griterío que se forma en plan estrellas del rock. Eso no ayuda, ni mucho menos, a que el trato de la seguridad que rodea a madre e hija sea más distendido, ni a que el número de recintos acotados y calles cortadas sea menor.
Todo se resume en un pensamiento que tengo en la cabeza desde hace tiempo y que a cada día que pasa se va confirmando poco a poco: España es un país de borregos y los mismos del nunca mais o del no a la guerra te los puedes encontrar entre el genterío gritante deseoso de recibir una sonrisa o un saludo de la señora Obama.
He dicho.