martes, 28 de julio de 2009

Transmutaciones, tabaco y medias verdades. CAPÍTULO 10


Pregunto, tarda en responder, me cuenta que ha estado haciendo sky diving, es decir, que se ha tirado en paracaídas con una tabla y ha surfeado las corrientes de aire.
No para de hablar de la experiencia, está emocionada. Apenas deja margen para las respuestas. Me pregunta por mí, pero mi vida es más simple, sin tantas emociones provocadas.
Parece que no le interesa y me corta diciendo que tiene que madrugar al día siguiente.
Fin de la conversación. No puedo evitar sentirme decepcionado. Esperaba más de esta chica.
Pruebo con NK, que se acaba de conectar. Muy simpática, habladora, se interesa por mí, ante todo retoma el asunto de la foto.
Ya que me da margen, juego con esa posibilidad. Le prometo que le enviaré fotos, pero antes quiero que hablemos. Se queja de la injusticia, pero no parece que le importe mucho.
Mentalmente separo la futura trayectoria de la charla en tres partes: dónde vivo, dónde trabajo, y el tercer secreto, algo que nunca sabría si no me conociera.
Le marco unas pautas: para no liarnos, uno habla y otro contesta; hablamos de un tema a la vez; sinceridad absoluta (por lo menos por mi parte). Son reglas que vigilaré que ella cumpla. Por supuesto, yo no voy a cumplir las dos primeras.
Basándome en este plan preconcebido, intentaré conseguir el encuentro físico, vigilando constantemente que la intriga la pueda, que la curiosidad la obligue a quedarse, desvelar “secretos inconfesables” poco a poco, hacerle ver que soy más interesante en persona, que el mess no es una opción, al menos definitiva, que merece la pena conocerme mejor, y eso sólo puede ser en persona.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La chica de la k hablas te mando esa foto?